Puerto de la Cruz y La Orotava : dos perlas del norte de Tenerife
- Cécile Barrès
- 15 jul
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 jul


A unos 30 minutos del Jardín al Mar, La Orotava y su vecina Puerto de la Cruz, situadas en el fértil valle de La Orotava, tienen un pasado común ligado a la conquista, a la agricultura (caña de azúcar luego vid) y al comercio marítimo.
Desde el siglo XVI, La Orotava se convierte en un importante centro económico, mientras que Puerto de la Cruz se desarrolla como puerto de exportación. Hoy en día conservan un rico patrimonio y una atmósfera auténtica, lejos del turismo de masas del sur de la isla.

La Orotava: elegancia colonial y tradiciones vivas
Ubicada en las alturas del valle, La Orotava encanta con su centro histórico perfectamente conservado, declarado conjunto histórico-artístico. La ciudad ofrece elegantes casonas, patios llenos de flores, calles empedradas y balcones de madera tallada.
Lugares destacados:
La Casa de los Balcones, ejemplo típico de la arquitectura canaria, alberga hoy un centro artesanal y un pequeño museo.
Los Jardines Victoria, en terrazas, ofrecen un paseo agradable con vistas al mar, fuentes y escaleras de mármol.
La Iglesia de la Concepción, con su cúpula barroca, representa el arte religioso de la época colonial.
Cada mes de junio, La Orotava celebra la famosa Alfombra de Flores durante el Corpus Christi, decorando las calles con alfombras efímeras hechas de flores, arenas volcánicas y pigmentos naturales — una tradición colorida y única.


Puerto de la Cruz: entre historia, arte y océano

Puerto de la Cruz es hoy un destino turístico muy apreciado, que ha sabido conservar un tamaño humano y un encanto histórico.
Lugares imperdibles:
El Jardín Botánico (fundado en 1788), con una increíble colección de plantas tropicales y subtropicales de todo el mundo.
El casco histórico, ideal para pasear entre callejuelas, plazas y casas coloniales.
El paseo marítimo conduce al Lago Martiánez, un complejo de piscinas de agua de mar diseñado por César Manrique, artista y arquitecto de Lanzarote, conocido por su integración del arte con la naturaleza y el entorno urbano.

El Castillo San Felipe, una antigua fortaleza del siglo XVII, acoge hoy exposiciones y eventos culturales.
Los amantes de la naturaleza disfrutarán también de la Playa de Martiánez o de la hermosa Playa del Bollullo, una de las playas vírgenes más bonitas de la isla. Se accede a pie por un sendero entre plataneras, y su entorno salvaje, con arena negra y acantilados, es ideal para un baño tranquilo (¡pero atención a las corrientes!).


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